Los calambres o espasmos musculares también son un compañero doloroso en el camino a conseguir nuestro objetivo. Las fibras musculares se contraen de forma inesperada y causan dolor, esto puede pasar durante o después del entrenamiento. Las zonas que se ven afectadas más a menudo son las pantorrillas, los pies y los muslos y estos espasmos le pueden aparecer a cualquiera, desde principiantes, hasta profesionales.
Durante mucho tiempo se ha creído que los desequilibrios de líquidos y de minerales eran la causa principal de los calambres, pero a la fecha no se ha podido probar que o cual es la causa de los calambres musculares. Lo que sí se sabe, es que los calambres están relacionados con la forma en la que funcionan las neuronas motoras.
Aun así, son muchos los factores que pueden contribuir a la aparición de estos, como una carga de entrenamiento excesiva, temperaturas elevadas, la edad, la diabetes, la falta de sueño, así como el desequilibrio de líquidos y minerales, como el magnesio o el potasio.
Lo más probable es que sea una mezcla de estos factores la que provoque un trastorno de impulsos eléctricos en los músculos, causando espasmos y rampas dolorosas.
Si te aparecen espasmos musculares mientras estás entrenando, haz una pausa. Y aunque no hay ningún tratamiento probado, los siguientes métodos pueden funcionar en muchos de los casos de calambres musculares.
Hidratarse, se aconseja restituir el agua y los electrolitos perdidos durante el ejercicio.
Estirar, si la fatiga por una carga de entrenamiento excesiva es la causa de tu calambre, probablemente desaparecerá con un estiramiento suave.
Aplicar calor para relajar los músculos.
Dar un masaje para estimular la circulación y relajar los músculos.
Pero lo mejor es no dejar que llegue tan lejos, por esto aquí te damos algunos consejos para prevenirlos:
- Mantén los músculos relajados. Incorpora ejercicios de estiramiento y relajación en tu plan de entrenamiento y hazte un masaje en las piernas.
- Sigue una dieta variada y rica en minerales. Los productos lácteos, las espinacas y la yema de huevo son fuentes de calcio, que es esencial para la contracción muscular.
- Date tiempo e incrementa la intensidad de tus ejercicios gradualmente.
- Aunque la deshidratación no sea la causa principal de los calambres, hidratarse bien durante un entrenamiento es esencial, especialmente en días calurosos o si sudas mucho durante el entrenamiento.